En un pueblito de nombre Chicligasta, cerca de Simoca sobre la Ruta Nacional 157, cuyo paraje fue en remotos tiempos lugar de posta en el camino al Alto Perú, podremos descubrir una sencilla construcción en honor a Nuestra Señora de la Candelaria.
Según su historia, en este sitio anterior a su construcción había una ermita cuando pasó San Francisco Solano por aquí en 1.595. Luego, en 1.615 un oratorio cuando era una doctrina de los indios chicligasta. Así también se estima que la actual capilla es la original que data de 1.797, construida sobre las ruinas del templo anterior.
Este humilde templo al igual que el pueblo pobre donde se encuentra, es de líneas colonias, declarado Monumento Histórico Nacional en 1.941, y en cuyo interior se venera a la imagen de la Virgen de la Candelaria, la cual tiene su festejo religioso el 2 de febrero convocando a gran cantidad de fieles que llegan desde distintos puntos. imagen FotoGeek