Ir al contenido principal

Ruta de los Artesanos en el Norte Argentino


Las provincias del norte aún mantienen sus costumbres ancestrales que podremos apreciar en su música, baile, celebraciones como así también en su gastronomía y artesanías.

Con el desarrollo del turismo en la región, la artesanía ya forma parte de sus ingresos económicos y como tal se ha trazado la denominado ruta de los artesanos que conecta al visitante con la cultura y producción local. Así, tejidos en lana de alpaca, tapices multicolores, ponchos, alfombras, instrumentos musicales y tallas en piedra y madera son algunas de las artesanías elaboradas con técnicas ancestrales, que se encuentran a lo largo de la ruta.


-En la provincia de Jujuy por ejemplo encontramos trabajos en alfarería, entre los que destacan vasijas con formas de animales y rostros humanos. Trabajos en plata en mates y otros utensilios con filigrana de características únicas en el país. Tejidos, objetos en cuero, tallas de madera e instrumentos musicales (charangos, sampoñas y erques).

-En Salta los trabajos en cerámica negra de los Valles Calchaquíes y cerámica roja de San Lorenzo. Tejidos: ponchos, mantas y chales en lana de oveja, llama o en “lunchado” que combina ambas. Artesanías en asta, cuero, cestería y tallas en madera.

-En Tucumán trabajos manuales que nos invitan a redescubrir una cultura que no se entierra, sino mas bien se esculpe en cuero, lana, arcilla, piedra y tantos otros materiales ancestrales. Los artesanos de Tafi del Valle con sus manos y la ayuda de cinceles, van esculpiendo trozos de piedras, transformando a las mismas en verdaderas obras de expresión: menhires, llamas, mascarones, suplicantes, pachamamas y tantas otras piezas son talladas en piedra por habilidosos artesanos. El tejido es otra de las artesanías típicas. En su entramado realizado con lana de oveja y pelo de llama, se utilizan variados tintes como el molle, el nogal, el tuibarbo y el hollín, los cuales provienen de la flora autóctona.

-En Santiago del Estero los productos regionales típicos son los bombos legüeros, que utiliza la mayoría de grupos folclóricos, los alfajores santiagueños y en las Termas de Río Hondo, las cestas.

-Otra de las provincias que integra la ruta del artesano es Catamarca. Se distingue por sus tejidos de lana ovina y de camélidos. Se recomienda una visita a la fábrica de alfombras de la ciudad, donde además de aprender sobre la industria textil, se pueden adquirir piezas originales. También posee un mercado artesanal que vende tejidos, piezas en cuero, en rodocrosita y en madera. Fuente Argentravel.es

Entradas populares de este blog

Ponchos argentinos

Los ponchos están relacionados con las prendas del gaucho de antaño, y que hoy seguimos manteniendo como prenda tradicional en los pueblos rurales, como abrigo de campo y también por quienes amamos las costumbres campestres. También se puede observar el uso de esta prenda criolla en conjuntos de la música folclórica, en cantantes y sus integrantes músicos. El poncho es un abrigo de diseño sencillo, consistente en un trozo rectangular de tela pesada y gruesa, en cuyo centro se ha practicado un agujero para introducir la cabeza. La tela se deja caer sobre el cuerpo, disponiendo los extremos de manera que permite mover con facilidad los brazos. En Argentina se utilizan también los ponchos de diseño de guarda atada, imprescindibles en lo que se refiere a diseño y cultura tradicional. Estos se realizan con guardas pampa o mapuche e inca, estos últimos recreados en la ciudad de Belén, en la provincia de Catamarca. Cada provincia tiene un modelo particular de poncho, por ejemplo, al pon

El Castillo Naveira en Luján

Como es sabido, Lujan es un ferviente destino del turismo religioso en Buenos Aires, con su imponente Catedral, constituye uno de los principales puntos de peregrinación en el país. Pues allí mismo, en la localidad de Luján, se encuentra un bonito monumento histórico, que visto desde afuera, te va hacer recordar al Castillo de Blancanieves en Disney World. Se trata del Castillo Naveira, que data de mediados del siglo XIX.  Quizás para muchos que pasaron por allí, este castillo sea uno de los lugares más misteriosos, ya sea por su excentricidad arquitectónica o por estar prohibida la entrada al público. Breve resumen sobre su historia  Según su historia, su construcción se remonta a 1841, cuando Enrique Beschtedt compra el terreno y contrata a uno de los ocho arquitectos que trabajaron en la Basílica de Luján, el belga Ernesto Moreau para que lleve adelante la obra. Mientras tanto, el hombre y su única hija, Irene, se instalaron en una casona preexistente en la propiedad