La Patagonia argentina no sólo nos atrapa con sus majestuosos paisajes de montañas, lagos de aguas prístinas, bosques de araucarias y demás, sino que también nos invade a través de sus sabores con deliciosos platos y repostería que los inmigrantes que pueblan esta región siguen manteniendo entre sus tradiciones.
La Patagonia argentina es un lugar de sabores únicos, donde podremos saborear platos elaborados a base de jabalí, trucha, salmón, hongos del bosque, morillas, frambuesas, chocolates, entre otros manjares. Todos estos sabores regionales conviven con una fuerte influencia traídos por los inmigrantes europeos que pueblan la región; como el chucrut, raclette, fondue, entre otros.
También tuvo cierta influencia la comida de los aborígenes mapuches en platos como el famoso curanto, una exquisita mezcla de sabores combinados en un agujero en la tierra. Asimismo, durante un viaje a la Patagonia, no hay viajero que se resista a saborear un delicioso cordero patagónico, o la trucha preparada con el objetivo de resaltar su carne rosada y suave. Tampoco falta la exquisita tabla de ahumados y quesos, acompañada de una amplia variedad de cervezas artesanales y vinos.
La gran influencia europea ha dejado sus frutos en la preparación de cervezas caseras en sus distintas versiones, bombones y chocolates artesanales, diferentes productos de pastelería vienesa y alemana y el famoso dulce de mosqueta que destaca entre otros como los de saúco, grosella, frutilla, cassis o frambuesa. También en sus cálidas casa de té y confiterías donde se puede degustar todas sus exquisiteces.
La Patagonia argentina es un lugar de sabores únicos, donde podremos saborear platos elaborados a base de jabalí, trucha, salmón, hongos del bosque, morillas, frambuesas, chocolates, entre otros manjares. Todos estos sabores regionales conviven con una fuerte influencia traídos por los inmigrantes europeos que pueblan la región; como el chucrut, raclette, fondue, entre otros.
También tuvo cierta influencia la comida de los aborígenes mapuches en platos como el famoso curanto, una exquisita mezcla de sabores combinados en un agujero en la tierra. Asimismo, durante un viaje a la Patagonia, no hay viajero que se resista a saborear un delicioso cordero patagónico, o la trucha preparada con el objetivo de resaltar su carne rosada y suave. Tampoco falta la exquisita tabla de ahumados y quesos, acompañada de una amplia variedad de cervezas artesanales y vinos.
La gran influencia europea ha dejado sus frutos en la preparación de cervezas caseras en sus distintas versiones, bombones y chocolates artesanales, diferentes productos de pastelería vienesa y alemana y el famoso dulce de mosqueta que destaca entre otros como los de saúco, grosella, frutilla, cassis o frambuesa. También en sus cálidas casa de té y confiterías donde se puede degustar todas sus exquisiteces.