Ir al contenido principal

Ruta del adobe: ruta turística por Catamarca


La provincia de Catamarca con sus singulares contrastes en sus paisajes, con montañas, quebradas, valles, cordilleras y sierras, encierra un gran valor de la época de la colonia. A lo largo de 55 km de rutas de asfalto y caminos consolidados, que van desde Tinogasta hasta Fiambalá, se encuentran viejas construcciones que conforman un circuito histórico cultural para recorrer en auto, en bicicleta o a caballo.


La denominada “Ruta del Adobe” atraviesa varios poblados y pueblitos de alrededor de unos 300 años antigüedad, y es allí donde vamos a encontrar desde viejas casas, iglesias y edificios construidos con adobe (ladrillos de barro).

El adobe un material muy noble por el norte de Argentina, fue muy utilizado durante la época colonial por no tener ningún gasto, solo el tiempo empleado en su elaboración. Ya que se elabora con barro y pasto o paja para darle consistencia, luego el preparado se vuelca en moldes cuadrangulares hasta que se seque, para luego ser empleado en la construcción.

La ventaja es que no cuesta nada, es un excelente aislante de las altas temperaturas por estas zonas, y la única forma de que los pobres sin ningún recurso puedan tener su casita para vivir. Lo malo, es que los techos de este tipo de construcción fueron y son de paja en su mayoría, con el consiguiente resultado de que atrae a las vinchucas, que son las que producen el Mal de Chagas, una grave enfermedad que aún persiste en algunos pueblos del norte de Argentina, y de la cual casi no se habla y no se combate, lamentablemente.

Esta ruta turística por Catamarca se inicia en Tinogasta, a unos 280 km de la capital catamarqueña. De aquí se parte hacia el El Puesto, donde vamos a encontrar la primera de las iglesias consagrada a la Virgen del Rosario a principios del siglo XVIII. Se trata de una capilla privada, con techos con vigas de algarrobo curvado y una torre campanario de estructura circular realizada en barro preserva una impresionante imagen de la Virgen, un óleo de la Sagrada Familia e imaginería procedente de Chuquisaca.

Siguiendo la Ruta del Adobe, a unos 5 km se encuentra La Falda, donde se alza la Iglesia de Andacollo, un templo de mediados del siglo XIX que combina el adobe de las paredes con molduras de cemento y cal. En la localidad de Anillaco de Catamarca, otro importante centro económico y religioso. Allí, se levanta un edificio de 1.712, sede del Museo Histórico Provincial Mayorazgo, cuyo edificio rural fue construido en adobe y algarrobo, con techos curvados que nos recuerdan a las estancias andaluzas de aquella época. En este poblado también se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, también construida en adobe durante el siglo XVIII. Este templo religioso se destaca por los muros de adobe de un metro de ancho, el techo de caña y barro y el piso de tierra. En su interior conserva antiquísimas imágenes venidas del Alto Perú.

La Ruta Turística del Adobe continúa por Batungasta, a orillas del río La Troya, adonde se pueden apreciar los restos de un asentamiento indígena conocido como Watungasta, que se remontan a principios del año 1.700. otros pueblos que unen esta ruta turística por Catamarca son Londres, Copacabana, Saujil, Tatón, Belén, entre otros poblados que poseen una gran belleza y mística, hasta finalizar en Fiambalá, donde podremos admirar la Iglesia de San Pedro que data de 1.770, y declarada Monumento Histórico Nacional.

Entradas populares de este blog

Ponchos argentinos

Los ponchos están relacionados con las prendas del gaucho de antaño, y que hoy seguimos manteniendo como prenda tradicional en los pueblos rurales, como abrigo de campo y también por quienes amamos las costumbres campestres. También se puede observar el uso de esta prenda criolla en conjuntos de la música folclórica, en cantantes y sus integrantes músicos. El poncho es un abrigo de diseño sencillo, consistente en un trozo rectangular de tela pesada y gruesa, en cuyo centro se ha practicado un agujero para introducir la cabeza. La tela se deja caer sobre el cuerpo, disponiendo los extremos de manera que permite mover con facilidad los brazos. En Argentina se utilizan también los ponchos de diseño de guarda atada, imprescindibles en lo que se refiere a diseño y cultura tradicional. Estos se realizan con guardas pampa o mapuche e inca, estos últimos recreados en la ciudad de Belén, en la provincia de Catamarca. Cada provincia tiene un modelo particular de poncho, por ejemplo, al pon

Ruta de los Artesanos en el Norte Argentino

Las provincias del norte aún mantienen sus costumbres ancestrales que podremos apreciar en su música, baile, celebraciones como así también en su gastronomía y artesanías. Con el desarrollo del turismo en la región, la artesanía ya forma parte de sus ingresos económicos y como tal se ha trazado la denominado ruta de los artesanos que conecta al visitante con la cultura y producción local. Así, tejidos en lana de alpaca, tapices multicolores, ponchos, alfombras, instrumentos musicales y tallas en piedra y madera son algunas de las artesanías elaboradas con técnicas ancestrales, que se encuentran a lo largo de la ruta.

El Castillo Naveira en Luján

Como es sabido, Lujan es un ferviente destino del turismo religioso en Buenos Aires, con su imponente Catedral, constituye uno de los principales puntos de peregrinación en el país. Pues allí mismo, en la localidad de Luján, se encuentra un bonito monumento histórico, que visto desde afuera, te va hacer recordar al Castillo de Blancanieves en Disney World. Se trata del Castillo Naveira, que data de mediados del siglo XIX.  Quizás para muchos que pasaron por allí, este castillo sea uno de los lugares más misteriosos, ya sea por su excentricidad arquitectónica o por estar prohibida la entrada al público. Breve resumen sobre su historia  Según su historia, su construcción se remonta a 1841, cuando Enrique Beschtedt compra el terreno y contrata a uno de los ocho arquitectos que trabajaron en la Basílica de Luján, el belga Ernesto Moreau para que lleve adelante la obra. Mientras tanto, el hombre y su única hija, Irene, se instalaron en una casona preexistente en la propiedad