Las Ruinas de Hualco son un lugar lleno de historia aborigen, ubicadas en el departamento San Blas de los Sauces, en el extremo norte de la Sierra del Velasco, a unos 200 km de la capital riojana. Las Ruinas de Hualco que ahora cuentan con un Centro de Interpretación del Sitio Arqueológico, forma parte de lo que fue el Camino del Inca, donde numerosos centros administrativos conformaban la organización del Estado.
Uno de esos centros se encontraba en Hualco, donde hoy dan testimonio restos de viviendas de piedra, vasijas y urnas de la cultura Aguada que vivió en la zona entre los años 700 y 1.000 d.C, y que constituye un sitio especial para los viajeros amantes del turismo arqueológico. Los aborígenes, recolectores y productores, utilizaron el Pucará que emplazaron en la zona como un sitio defensivo que evidencia la gran adaptación al medio.
El Pucará de Hualco se yergue entre erguidos cardones, flanqueado por cerros y una corriente de agua conocida con el nombre de “Río de Hualco”, enmarcado en una impactante topografía integrante del cordón montañoso del Velasco, donde se suceden piletas naturales de caudal variable según la época del año. Además la vegetación típica y óptimos puntos panorámicos que entregan una visión privilegiada de la quebrada y el valle.
Este sitio arqueológico cuenta con una sala de interpretación donde se brinda información histórica, geográfica y mitológica al visitante. Además de ello, se exhiben piezas arqueológicas que fueron encontradas en el sitio con una muestra compuesta por vitrinas, paneles y móviles de gráfica completas, salón de exposición de los productos artesanales y un sector de atención al turista.
El recorrido turístico por las Ruinas de Hualco es totalmente gratuito y comienza con una explicación a cargo del guía del lugar. Luego, el turista es conducido por un camino que asciende donde el silencio acompaña la historia de los restos de paredes de piedra, sobre la aridez de un suelo donde aún pueden encontrarse puntas de flecha y restos de vasijas de arcilla, entre cactus y cardones.
La subida a la quebrada está marcada por carteles con la historia de cada posta donde se explica la vida de los aborígenes y como se supone que construyeron viviendas, corrales y hasta un sistema de desagües que sorprende a los urbanistas o ingenieros de la modernidad.
Para llegar hasta este yacimiento arqueológico inca hay que tomar la ruta 40, casi hasta tocar el límite con Catamarca. Son 200 km desde la capital y 120 km desde Chilecito.