El Cerro de 7 Colores es uno de los famosos patrimonios naturales que posee nuestro país. Es la postal que tanto identifica a los paisajes jujeños, y uno de los atractivos muy promocionados tanto en el país como en el turismo extranjero.
Esta belleza que nos ha regalado la madre naturaleza esta ubicado en la localidad de Purmamarca que forma parte del circuito de la Quebrada de Humahuaca. Por lo tanto, el turista que visita este pueblo jujeño siempre se lleva de recuerdo una fotografía con telón de fondo del Cerro de Siete Colores.
Su particular nombre se debe a las diferentes pigmentaciones que adquieren los minerales que forman sus paredes. Resultado de una compleja historia geológica, sus distintas capas de colores son consecuencia inmediata de la acumulación de sedimentos marinos, lacustres y fluviales que desde hace más de 600 millones de años a esta parte se fueron depositando en la región y que luego, por movimientos tectónicos que influyeron en la aparición de estas montañas, adquirieron la ubicación que hoy deja ver.
Así, este atractivo es uno de los paisajes más bellos para contemplar, siendo la mejor hora para observarlo desde la salida del sol hasta el mediodía, donde el sol refleja en la montaña la luz adecuada para que ninguno de los pigmentos pase desapercibido ante el ojo humano. En sus alrededores podemos realizar apasionantes safaris fotográficos, caminatas, cabalgatas y hasta recorridos en bicicleta.