Argentina posee bellísimos lugares turísticos, muchos de ellos conocidos a nivel mundial, tal es el caso de la ciudad de San Carlos de Bariloche en el departamento homónimo, provincia de Río Negro. La populosa Bariloche constituye la puerta de entrada al Parque Nacional Nahuel Huapi, y a una de las más bellas comarcas de la Patagonia; con zonas de lagos, ríos, cumbres nevadas, glaciares y exuberante vegetación.
Fundada de forma oficial en 1.902 por Don Carlos de Wiederhold, es una población que desde el comienzo nos atrapa por su pintoresca y armoniosa arquitectura que combina con el entorno paisajístico que la rodea, con construcciones de piedra y madera, con techos de pizarra, al estilo de las tradicionales aldeas alpinas, juntamente con numerosos edificios de moderna estructura.
Entre sus construcciones alpinas se destaca el denominado Centro Cívico, sede de la Municipalidad, la Secretaria Municipal de Turismo, de la Intendencia de Parques Nacionales y del Museo de la Patagonia.
En las principales calles de Bariloche hay numerosos y modernos comercios, galerías comerciales, agencias de turismo, casas de cambio, cafés, bares, confiterías, restaurantes, hoteles y hosterías. Entre sus arterias, la Avenida 12 de Octubre que luego pasa a ser Manuel de Rosas y más adelante Ezequiel Bustillo, bordea el lago Nahuel Huapi, iniciando el Circuito Chico hacia el Hotel Llao Llao, convirtiéndose así, en uno de los paseos mas interesantes de esta ciudad patagónica.
Con una excelente infraestructura de servicios y variada oferta turística, San Carlos de Bariloche cada año recibe gran cantidad de viajeros locales y de otros lugares del mundo, generosa en centros de diversión nocturna, en confiterías donde podemos degustar del te acompañado por dulces y productos regionales. Es un excelente destino turístico para ser disfrutado no sólo durante el invierno, sino durante todo el año.
En primavera y verano, con la maravilla de sus jardines florecidos, cuando los paisajes resplandecen de luz y color y sus alrededores nos invitan a realizar excursiones, cabalgatas, paseos en bicicletas, ecoturismo, deportes de aventura como kayak, rafting, etc. Y durante el invierno nos ofrece el espectáculo singular de la nieve que visten sus calles y alrededores. En agosto son imperdibles las competencias de esquí y la famosa Fiesta de la Nieve.
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