En el corazón de la Puna catamarqueña, a unos 60 km de Antofagasta de la Sierra, se extiende una gran mancha blanca denominada Salar del Hombre Muerto junto a su laguna.
El mismo ocupa una superficie de 640 Km cuadrados de tierra salada, en su subsuelo corre agua subterránea, una salmuera saturada de cloruro de sodio que transporta litio, potasio, sulfato y borato entre otras sustancias.
Allí, al borde de este salar están ubicadas las antiguas minas de oro de Incahuasi, que fueron explotadas por los Incas y, posteriormente, por los españoles.
En ese paisaje árido se conservan casas y hornos construido con piedras y adobe, que constituyen un asentamiento arqueológico. Así, el Salar del Hombre Muerto es una gran experiencia de excursión para viajeros amantes de las aventuras. imagen Juan Chia