Cuesta de Lipán
La Región de la Puna Jujeña se caracteriza por sus sorprendentes paisajes conformados por llanuras de altura, salinas, estepas, lagunas rodeadas por montañas, encantadores pueblitos de altura donde reina la tranquilidad y el silencio se hace infinito bajo ese cielo diáfano del Norte Argentino. Sin dudas, un sitio propicio para viajeros aventureros que buscan desconectarse del estrés urbano y conocer lugares un tanto rudos y casi no frecuentados por el turismo, donde la naturaleza de esta región nos ofrece su máxima expresión.
Así, encontraremos diversos atractivos como la Laguna de los Pozuelos declarada Reserva de la Biósfera debido a su rica avifauna que debe sobrevivir bajo condiciones de escaso oxigeno, fuerte radiación solar y agua muy salada. Entre sus gran cantidad de aves se encuestan tres diferentes especies de flamencos y parinas. La soledad y la aridez de este desierto de altura se interrumpe de tanto en tanto con la presencia de pequeños oasis que matizan con su diversidad biológica, la monotonía del paisaje.
Salinas Grandes
Subiendo por la Cuesta de Lipán, sucesivas curvas van abriendo camino a un paisaje de belleza incomparable, hasta alcanzar las Salinas Grandes, deslumbrante manto blanco que ofrece un panorama pleno de magia y de color.
Entre los pueblos puneños, Susques, antigua población en plena estepa andina, aún conserva su tradicional Iglesia del año 1.598, construida en piedra, barro y adobe, y en la que se encuentran importantes obras del arte cuzqueño. La Puna acoge una sucesión de paisajes naturales y de formas caprichosas, y en su corazón al pequeño pueblo de Casabindo, famoso entre turistas nacionales y extranjeros que lo visitan para presenciar el antiguo ritual del Toreo de la Vincha en honor a la Virgen de la Asunción.
Casabindo
Leyendas, magia y misterio dominan la agreste geografía de Abra Pampa, conocida popularmente como la “Siberia Argentina”. En las tierras altas, capillas como la de Cochinoca cautivan desde el primer momento al viajero. Sin dejar el paisaje recio y silencioso, el poblado de Santa Catalina con su antigua iglesia, sorprende por su particular encanto.
Asimismo, en La Quiaca se realiza año tras año la única feria Indo-Americana del trueque, conocida como la “Manca Fiesta” o “Fiesta de las Ollas”. Al este de La Quiaca se encuentra Yavi, verde mancha en la aridez de la Puna. Conserva el tiempo detenido en sus calles de piedra y su milenaria Iglesia atesora el esplendor de un púlpito y un altar tallado a mano hace siglos y laminados íntegramente en oro.
fotos (cc)flickr
Vía: turismo Jujuy
Vía: turismo Jujuy