Uno de los emblemas iconográficos que representa a Buenos Aires en el Mundo entero es el Fileteado, un arte decorativo de carácter popular que tiene sus raíces a principios del siglo XX cuando un grupo de niños inmigrantes experimentó colorear carros que eran tirados por caballos utilizados para repartir leche, pan, verduras y otros productos. La idea tuvo gran aceptación y con los años las figuras de vivos colores y formas se estamparon en la mayoría de colectivos y tranvías locales.
En Buenos Aires los turistas pueden encontrar aún hoy diversas expresiones de Fileteado Porteño en los frentes de comercios, camiones, museos, galerías de arte y numerosas calles. Y es que, luego de algunos años de ocaso, los impulsores de la temática incursionaron en nuevos soportes y espacios. Muchos fileteadores explayaron sus ideas en vestimentas, cuadros, botellas, tapas de cd's y hasta el cuerpo de las personas, bajo la técnica del bodypaiting.
Así, durante una visita a la ciudad de Buenos Aires los viajeros tienen la posibilidad no sólo de admirar las grandes muestras sino también aprender los conceptos básicos para la elaboración de este ícono de la metrópolis, que al igual que el tango, atrae la mirada de miles de turistas.
En barrios tradicionales como el Abasto, San Telmo o La Boca, existen talleres en los que fileteadores profesionales dictan clases intensivas especialmente pensadas para las visitas extranjeras. Espacios en los que además de dar las primeras pinceladas, se descubre la historia y algunos de los principales referentes del Fileteado, quienes lograron dar visibilidad a una expresión artística que habla del trabajo, el amor y la familia, entre sus principales temas.
Uno de los barrios de Buenos Aires que lidera el circuito temático del Fileteado es Boedo, donde se destacan más de 40 placas bajo este género, elaboradas por el maestro Luis Zorz, las cuales relatan gran parte de la historia del lugar y sus personajes emblemáticos más asiduos.
Otro de los sitios representativos del estilo iconográfico es la Casa Museo Carlos Gardel ubicada sobre la calle Jean Jaures 735, en pleno barrio del Abasto, donde hace algunos años se desarrolló un concurso artístico que dejó numerosas muestras en al menos seis frentes de casas aledañas y llevó a denominar toda la cuadra Paseo del Fileteado.
En el arte popular del Fileteado porteño declarado Patrimonio Cultural de Buenos Aires, los colores son siempre fuertes y el uso más recurrente es la simetría, los efectos tridimensionales con sombras y perspectivas, y una superficie eternamente sobrecargada. En muchas de ellas, incluso, se adicionan como elementos decorativos frases ingeniosas, refranes poéticos o aforismos, ya sea humorísticos, emocionales y hasta filosóficos. Al igual que el tango, recurre en varias ocasiones al típico lunfardo.
Las letras utilizadas en los fileteados son muy ornamentadas y generalmente góticas o cursivas. En cuanto a las imágenes, una de las más recurrentes es la de Carlos Gardel, así como la Virgen de Luján, la patrona de los viajeros; las cintas celestes blancas, en alusión a la bandera argentina; y las flores en sus diversas formas. Fuente Telam