Tal vez sea la obra más lograda que se encuentran en los bosques de Palermo. Desde su construcción en el año 1.967 hace la delicia de niños y adultos. En la explanada de acceso se exhibe un fragmento del enorme meteorito metálico encontrado en la provincia del Chaco en 1.965. Concebido como sala de espectáculos de divulgación científica y temas astronómicos. El Planetario dista mucho de ser un museo; es una experiencia que contribuye al conocimiento astronómico y recuerda la pequeñez del Hombre frente al Universo.
La sala con capacidad para 360 espectadores, especialmente equipada con asientos reclinables se encuentra coronada por un instrumento planetario Zeiss, modelo V que proyecta la bóveda celeste sobre el techo de idéntica forma, pantalla en la cual se suceden imágenes de la evolución de los astros y estrellas de forma fiel a la que se observa desde cualquier lugar del planeta.
Realista y presentado desde una visión científica y conmovedora, la función comienza cuando las luces se apagan, los espectadores dirigen su mirada a la gran cúpula abovedada y el gran proyector hasta entonces oscuro y misterioso dueño absoluto del centro de la sala, comienza a ser el protagonista junto al fascinante relato sobre el sistema solar.