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Turismo aventura en la Patagonia: practicar rafting y kayak en Neuquén

En Neuquén, el rafting y el kayak son dos de los deportes de aventura más buscados. Además de ser actividades que generan un alto nivel de adrenalina, tiene mucha importancia el escenario en el que se realiza, por eso, los espacios naturales de Neuquén son una de sus principales atracciones.


El deshielo primaveral marca la llegada del tiempo del rafting, y Neuquén, con sus alocados y revoltosos caudales, con las piedras que se cubren de agua, ya está lista para que los visitantes puedan disfrutar de una experiencia inolvidable sobre sus rápidos.  El río es el verdadero protagonista de estos deportes, y sin lugar a dudas, es el responsable de las emociones y el palpitar de los turistas que se aventuran a esta experiencia de “cabalgar” las turbulencias que se forman por el cauce.

Uno de los puntos principales y necesarios para la práctica de los deportes de aguas blancas es la seguridad. Cada vez que un turista quiera hacer rafting o kayak, los prestadores contratados para la ocasión brindan una charla de seguridad, explicando detalladamente el uso de cada uno de los elementos a utilizar: cascos, chalecos salvavidas, amarras, remos cortos, calzado y trajes de neoprene aislantes del frío. Esta charla inicial es fundamental, ya que se instruye en cómo actuar ante las distintas situaciones que se pueden presentar.

El rafting se realiza con embarcaciones del tipo “gomón” recorriendo la trayectoria del río a favor de la corriente, cuesta abajo. Pero estos ríos tienen una particular atracción…, aguas blancas, aquellas aglomeraciones de burbujas que se generan cuando el agua impacta contra las rocas y los desniveles de los ríos.

La sumatoria de un importante grado de turbulencia de los cursos de agua, y de las formaciones rocosas que se interponen en la corriente, hace que los deportes que se practican sobre estas aguas sean verdaderos atractivos en contacto directo con la naturaleza.

Río abajo

Para practicar rafting en la Patagonia Argentina, lo recomendable es el río Aluminé, el más intenso de los ríos de la Provincia Neuquén, debido a la velocidad del agua por la pendiente del cauce y la abundante cantidad de rocas en su trayectoria. En tanto el Hua-Hum y el Chimehuín, son ideales para una iniciación más “tranquila”. El Aluminé tiene pasajes muy difíciles ya que en 15 kilómetros presenta un desnivel de 150 metros, y el rápido más célebre del caudal es el Waikiki.

La graduación de la dificultad que presenta la actividad en estos ríos se mide numéricamente de acuerdo al caudal, los obstáculos y el desnivel que presentan. El grado 1 es el de menor intensidad, son los cursos de agua con pendiente casi nula y sin obstáculos; en tanto en la medida que la graduación aumenta las condiciones de navegabilidad son más dificultosas. La graduación 2 contiene olas regulares, y la 3 ya exige maniobras para evitar los obstáculos. En la graduación 4 los rápidos son más violentos y se requiere de mayor concentración; y a partir del grado 5 es imprescindible desembarcar para reconocer los rápidos antes de afrontarlos.


En este sentido, el río Aluminé, enmarcado por montañas y la inmensa estepa patagónica, presenta sectores ideales para los turistas interesados en realizar una aventura distinta. El sector conocido como Abra Ancha-Los Álamos, es apto para principiantes que dependiendo de la época del año, puede llegar a un grado 2, 3 o más, de acuerdo a la cantidad de agua que trae el río.

De norte a sur, siguiendo la trayectoria del cauce, este hermoso río de cordillera se encuentra dividido en cuatro secciones según el grado de dificultad y la característica de sus aguas. La primera sección comienza en el paraje Lonco Luan, donde el arroyo del mismo nombre empalma con el río Aluminé casi en su naciente. Su recorrido es de aproximadamente 15 kilómetros, finalizando en la Isla del Castrón, bordeado por la belleza del paisaje y los bosques de ñires y pehuenes.

Más circuitos

La segunda sección comienza en la Isla del Castrón hasta el comienzo del circuito Abra Ancha, algunos kilómetros al sur de la localidad de Aluminé. Este recorrido es de más de 30 kilómetros, oscilando entre los grados 1 y 2. Una característica de ésta sección es que puede realizarse rafting y kayak en cualquier época del año. Con respecto a la tercera sección, que comienza en el Circuito Abra Ancha, el recorrido es de 6 kilómetros, con grados 2 y 3 de dificultad, y caracterizado por su espectacular belleza. Desde allí, hasta la confluencia con el río Chimehuín, se encuentra la cuarta sección apta para kayak en sus grados 1 y 2 debido a su mayor ancho y profundidad.

Otra buena alternativa para el kayak es el río Chimehuín, con sus aguas transparentes y rápidas, y un entorno privilegiado que brinda un condimento especial a esta actividad que año a año suma más adeptos. Este deporte permite el deslizamiento por el río a través de una travesía divertida y segura al mismo tiempo. Este río de grado 2, es ideal para familias, debiendo considerar las precauciones y medidas de seguridad indicadas para estas prácticas de aventura.

Como alternativa al kayak existe el “duckie”, una especie de canoa inflable, actualmente muy utilizada que resulta ideal para principiantes por ser considerada más estable y segura. El duckie es fácil de transportar y se puede utilizar de a uno o de a dos. De alguna manera es el gran desafío para las parejas, ya que si no se pelean durante el descenso, dicen, es una pareja con buen futuro. A diferencia del duckie, el kayak en estos ríos requiere más entrenamiento. Para comenzar a disfrutar, hay que incorporar la maniobra del roll o esquimontaje, aquella para abandonar la embarcación, llegar a la orilla y vaciar el bote para reincorporarse.

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