Este ciervo vive en los pastizales de montaña en el noroeste argentino, se manejan en grupos familiares de hasta quince individuos.
De aspecto y tamaño similar al huemul, pertenecen al mismo género, los machos de la taruca también poseen astas con una bifurcación.
De aspecto y tamaño similar al huemul, pertenecen al mismo género, los machos de la taruca también poseen astas con una bifurcación.
La caza desmedida y los cambios operados en su hábitat han tornado más escasa a esta especie, al punto de haber sido catalogada en peligro de extinción a nivel internacional. Declarado Monumento Natural en 1.996.