Cuantas veces habremos pasado por el edificio del Palacio de la Legislatura sin advertir que en su terraza del cuarto piso se encuentra el Carillón más grande de América Latina.
El Palacio de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, ubicado entre las calles Hipólito Yrigoyen, Diagonal Julio A. Roca y Perú, es uno de los edificios más grandes y llamativos de la ciudad porteña.
Dividido en subsuelo, planta baja, piso principal y cuatro plantas, en su interior hay varios salones de gran importancia, como el Salón Dorado que hace referencia al Salón de los Espejos del Palacio de Versalles en Francia. Está iluminado por seis arañas de 45 velas y 14 arañas de diez luces bajo galería. El salón es utilizado para las Audiencias Públicas, recepciones y eventos.
Salón Montevideo, es el Hall de acceso al Salón Concejales, utilizado como salón para conferencias. Salón de los Pasos Perdidos, utilizado como recepción y salón de espera. Su parte central está rodeado de columnas de mármol que forman una galería por medio de arcadas.
Salón San Martín con una chimenea en mármol de Grecia color verde, con aplicaciones de hierro forjado en relieve, varias columnas en estilo Dórico que sostiene una galería, y una enorme araña central de 40 luces.
Salón Eva Perón ubicado entre los despachos del Presidente y del Vicepresidente primero de la Legislatura. Allí funcionó la Fundación Eva Perón que presidió María Eva Duarte de Perón durante la presidencia de su esposo Juan Domingo Perón. Se conserva su mobiliario y algunos de los objetos personales que utilizó, como el tintero y el portapapeles. Hay además dos baihut, estilo Luis XIV.
También el Salón de Concejales, Comedor de Honor, Biblioteca Esteban Echeverría, sala de exposiciones.
A su vez, su exterior resulta tan magnífico, con varias esculturas en su cornisa, la gran Torre de 97 metros de altura que se destaca al observarla desde la histórica Plaza de Mayo. Y en la terraza el Carillón más grande de América Latina. Este Órgano de Campanas es de industria alemana, constituido por 30 campanas de bronce que se encuentran suspendidas en un armazón de hierro de 11 metros de altura y 18 toneladas de peso. Cada una de las campanas tiene grabado el escudo del Gobierno de la Ciudad y el año de su inauguración.
Este particular instrumento puede funcionar de manera automática o en forma manual, utilizando una pianola de madera fina que brinda 30 notas musicales permitiendo ejecutar cualquier melodía a mano mediante un teclado o mediante un dispositivo de rollos perforados conectado al reloj que permite así tañir las campanas en horas determinadas.