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El Camino del Inca en el Norte Argentino

Pucara de Tilcara en Jujuy
En sus orígenes, los Incas fueron un pequeño grupo de indígenas de lengua quechua que habitaban el Valle de Cuzco, en las altas tierras de los Andes Centrales de América del Sur. Para el siglo XV, ya se habían consolidado como una de las más grandes civilizaciones del mundo y la mayor de todas las civilizaciones precolombinas.

A fines del siglo XIV, los pueblos originarios que habitaban el Norte de Argentina, ya habían tomado contacto con esta milenaria cultura. De ese intercambio cultural, algunos testimonios llegaron a conservarse hasta nuestros días.

Entre ellos se destaca la magnífica red caminera de mas de 8.500 km de extensión, denominada Camino del Inca, ubicada entre los 1.000 y 4.000 metros sobre el nivel del mar, donde esta antigua civilización procuró construir a lo largo de todo este territorio, una obra de edificación que bien puede ser comparada con el antiguo Imperio Romano.

Así fue como el Gran Camino Inca o Qhapaq Ñan en quechua, se iniciaba en el Cusco de Perú, se dirigía hacia el norte hasta Quito en Ecuador y hacia el sureste de La Paz en Bolivia, extendiendo sus ramificaciones hasta Argentina. Así, por Humahuaca y Purmamarca en Jujuy, Abra del Acay, Cachi, Angastaco y Tolombón en Salta, Antofagasta de la Sierra, Punta Balastro, Londres y El Puesto en Catamarca; y franjas de territorio en Santiago del Estero bañadas por los ríos Dulce y Salado, es el territorio que alcanzaba el Camino del Inca. Donde las rutas atraviesan profundos valles, altísimos montes, cumbres y cascadas, interminables senderos, nos llevan a esta gran aventura cultural y a recorrer este maravilloso paisaje norteño de Argentina.

Entre los establecimientos incas más importantes en Argentina, se encuentran el Potrero de Payogasta en Salta, la Tambería del Inca en La Rioja, el pucará de Aconquija y el Shincal de Londres, ambos en Catamarca, el pucará de Tilcara en Jujuy y las ruinas de Quilmes en Tucumán, la mayoría de las cuales eran preincaicos y fueron organizados en una red urbana dentro de su imperio, estableciendo en ellos puestos de control militar.

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