El Tren a las Nubes, La Trochita, el del Fin del Mundo, el de las Sierras, el Histórico, el de la Selva y el Tren de las Costa son servicios destinados al turismo para recorrer algunos lugares mágicos de Argentina y también disfrutar de originales viajes.
El de trayecto más extenso es el del Tren a las Nubes, en Salta, que está entre los más altos del mundo e invita a llegar a la puna en un viaje por paisajes increíbles, aún a los que padecen vértigo o se apunan con la altura, para quienes cuenta con un servicio médico a bordo.
Esta formación sale los sábados desde la ciudad de Salta, atraviesa el valle de Lerma y la Quebrada del Toro, y tras unas siete horas llega a San Antonio de los cobres y el viaducto Polvorillas, a unos 4.200 metros de altitud, tras haber pasado por 29 puentes, 21 túneles, 13 viaductos, dos rulos y dos zigzags.
El Tren del Fin del Mundo o Austral Fueguino, parte de la Estación del Fin del Mundo, a 8 kilómetros de Ushuaia, y se interna en el Parque Nacional Tierra del Fuego. Con coches calefaccionados y todo el confort, recorre 14 kilómetros entre ida y vuelta, por bosques, ríos, montañas y valles donde se pueden apreciar follajes verdes en verano; amarillos, ocres y rojos de lengas y ñires en otoño; y blancos de nieve en el invierno.
El pasajero puede optar por la clase turista o primera, donde además de viajar en coches con asientos y mesitas individuales, recibe un servicio de confitería con exquisitas tortas y tazas de chocolate o café, entre otras opciones.
El Tren Ecológico de la Selva es una formación propulsada a gas, de bajo impacto ambiental y con capacidad para 150 personas, que recorre el área Cataratas del Parque Nacional Iguazú, en Misiones.
Los turistas se trasladan en él a no más de 20 kilómetros por hora, hasta los principales puntos de ese paseo, como las estaciones Cataratas y Garganta, desde donde se accede a los circuitos Inferior y Superior y a la Garganta del Diablo.
Para quien visita Buenos Aires y quiere conocer Tigre y su delta, el Tren de la Costa lo lleva todos los días desde Olivos, con un boleto que le permite bajar en estaciones intermedias y disfrutar de sus atractivos, para continuar el viaje en otra formación.
Es el más moderno de estos trenes y en sus estaciones, muchas de ellas de estilo inglés, ofrece acceder a pintorescos cafés, variada gastronomía, shoppings y paseos, en un recorrido que culmina junto al río y el Parque de la Costa, en Tigre.
El Tren de las Sierras recorre entre curvas, túneles y puentes, las pintorescas villas del Valle de Punilla, en Córdoba.
Con salidas todos los sábados del barrio Alto verde, a 12 kilómetros de la capital provincial, con la primera parada en el dique San Roque, donde los pasajeros pueden bajar y comprar dulces regionales.
Tras atravesar el arroyo Cosquín, trepa en La Cumbre a más de 1.100 metros, llega a las localidades de Cruz Grande y Los Cocos, con sus hermosas residencias, y finaliza en Capilla del Monte, donde se disfruta de un almuerzo y una recorrida por los alrededores.
El Tren Histórico que recorría 36 kilómetros por la campiña entrerriana desde Villa Elisa al Palacio San José, redujo hasta 2015 su servicio a tres excursiones cortas, los fines de semana largos.
Una llega hasta la localidad de 1° de Mayo, a 12 kilómetros de Villa Elisa. Otra hasta la estancia museo El Porvenir, donde los pasajeros son recibidos por una caravana de autos antiguos que los pasea por el lugar. La tercera lleva a un campo donde se hace una representación histórica del ferrocarril para los turistas, que además aprecian los encantos de las lomadas y los sembradíos al paso del trencito.
El Viejo Expreso Patagónico, más conocido como La Trochita, es un tren turístico impulsado por una máquina a vapor y cuyos vagones de madera cuentan con una salamandra a leña, cumple un sinuoso paseo entre valles y mesetas de Chubut.
Sale todos los sábados desde Esquel, hace una parada en Nahuel Pan, y a las seis horas arriba a la estación El Maitén, tras correr por valles y estepas, donde gran cantidad de ovejas matiza el paisaje y, entre Leleque y Nahuel Pan, es observado de cerca por manadas de guanacos y ñandúes.
El trayecto final se realiza a más de 700 metros de altura, por las laderas rocosas del valle del arroyo Esquel, y conforma una postal imperdible durante los días de nieve.
Tren a las Nubes
El de trayecto más extenso es el del Tren a las Nubes, en Salta, que está entre los más altos del mundo e invita a llegar a la puna en un viaje por paisajes increíbles, aún a los que padecen vértigo o se apunan con la altura, para quienes cuenta con un servicio médico a bordo.
Esta formación sale los sábados desde la ciudad de Salta, atraviesa el valle de Lerma y la Quebrada del Toro, y tras unas siete horas llega a San Antonio de los cobres y el viaducto Polvorillas, a unos 4.200 metros de altitud, tras haber pasado por 29 puentes, 21 túneles, 13 viaductos, dos rulos y dos zigzags.
Tren del Fin del Mundo
El Tren del Fin del Mundo o Austral Fueguino, parte de la Estación del Fin del Mundo, a 8 kilómetros de Ushuaia, y se interna en el Parque Nacional Tierra del Fuego. Con coches calefaccionados y todo el confort, recorre 14 kilómetros entre ida y vuelta, por bosques, ríos, montañas y valles donde se pueden apreciar follajes verdes en verano; amarillos, ocres y rojos de lengas y ñires en otoño; y blancos de nieve en el invierno.
El pasajero puede optar por la clase turista o primera, donde además de viajar en coches con asientos y mesitas individuales, recibe un servicio de confitería con exquisitas tortas y tazas de chocolate o café, entre otras opciones.
Tren Ecológico de la Selva
El Tren Ecológico de la Selva es una formación propulsada a gas, de bajo impacto ambiental y con capacidad para 150 personas, que recorre el área Cataratas del Parque Nacional Iguazú, en Misiones.
Los turistas se trasladan en él a no más de 20 kilómetros por hora, hasta los principales puntos de ese paseo, como las estaciones Cataratas y Garganta, desde donde se accede a los circuitos Inferior y Superior y a la Garganta del Diablo.
Tren de la Costa
Para quien visita Buenos Aires y quiere conocer Tigre y su delta, el Tren de la Costa lo lleva todos los días desde Olivos, con un boleto que le permite bajar en estaciones intermedias y disfrutar de sus atractivos, para continuar el viaje en otra formación.
Es el más moderno de estos trenes y en sus estaciones, muchas de ellas de estilo inglés, ofrece acceder a pintorescos cafés, variada gastronomía, shoppings y paseos, en un recorrido que culmina junto al río y el Parque de la Costa, en Tigre.
Tren de las Sierras de Córdoba
El Tren de las Sierras recorre entre curvas, túneles y puentes, las pintorescas villas del Valle de Punilla, en Córdoba.
Con salidas todos los sábados del barrio Alto verde, a 12 kilómetros de la capital provincial, con la primera parada en el dique San Roque, donde los pasajeros pueden bajar y comprar dulces regionales.
Tras atravesar el arroyo Cosquín, trepa en La Cumbre a más de 1.100 metros, llega a las localidades de Cruz Grande y Los Cocos, con sus hermosas residencias, y finaliza en Capilla del Monte, donde se disfruta de un almuerzo y una recorrida por los alrededores.
Tren Histórico
El Tren Histórico que recorría 36 kilómetros por la campiña entrerriana desde Villa Elisa al Palacio San José, redujo hasta 2015 su servicio a tres excursiones cortas, los fines de semana largos.
Una llega hasta la localidad de 1° de Mayo, a 12 kilómetros de Villa Elisa. Otra hasta la estancia museo El Porvenir, donde los pasajeros son recibidos por una caravana de autos antiguos que los pasea por el lugar. La tercera lleva a un campo donde se hace una representación histórica del ferrocarril para los turistas, que además aprecian los encantos de las lomadas y los sembradíos al paso del trencito.
La Trochita
El Viejo Expreso Patagónico, más conocido como La Trochita, es un tren turístico impulsado por una máquina a vapor y cuyos vagones de madera cuentan con una salamandra a leña, cumple un sinuoso paseo entre valles y mesetas de Chubut.
Sale todos los sábados desde Esquel, hace una parada en Nahuel Pan, y a las seis horas arriba a la estación El Maitén, tras correr por valles y estepas, donde gran cantidad de ovejas matiza el paisaje y, entre Leleque y Nahuel Pan, es observado de cerca por manadas de guanacos y ñandúes.
El trayecto final se realiza a más de 700 metros de altura, por las laderas rocosas del valle del arroyo Esquel, y conforma una postal imperdible durante los días de nieve.