Historias de amor y sombras familiares rodean la muerte del escritor argentino Leopoldo Lugones, nacido en 1874 en Villa de María, provincia de Córdoba. Según cuentan; un viernes 18 de febrero de 1938, se quitó la vida con cianuro en una hostería del Delta del Tigre. Desde entonces muchas fueron las razones que se buscaron, pero sólo las paredes de aquella habitación guardan el verdadero secreto.
Según el relato de los dueños del recreo “El Tropezón” la hostería escenario de ese último día de vida de Lugones, ubicado en el cruce del río Paraná de las Palmas con el Canal La Serna, una hombre elegante y misterioso bajó de una lancha pasado el mediodía, tomó una habitación sin identificarse y luego de dar un paseo por el parque, pidió una ginebra, una jarra con agua y que lo despertaran para la cena. Desde aquel momento, no volvió a ser visto hasta que uno de los empleados lo encontró esa misma noche ya sin vida, envuelto en sábanas, entre la cama y la pared.
Si bien la hostería funcionó durante décadas desde 1929, la habitación donde se alojó Lugones siempre se mantuvo intacta. El sitio se encuentra a una hora y media yendo en lancha desde la Estación Fluvial de Tigre, al norte de la provincia de Buenos Aires. Y, aunque está cerrado actualmente, se convirtió en un punto histórico de Buenos Aires hasta donde llegan curiosos y seguidores del autor de obras como “La guerra gaucha”.
Paseo imperdible en Tigre
El Puerto de Frutos es una de las zonas más visitadas de la ciudad y hasta donde se acercan locales y turistas. Abre todos los días de la semana desde las 10 hasta las 18, y los sábados, domingos y feriados se extiende hasta las 19. Se trata de un gran mercado donde se comercializan mantas, muebles, adornos en caña y mimbre con productos de la zona, como así también maderas nobles de las islas, dulces, licores y mieles caseras, una amplia variedad de plantas y flores, así como frutas y artesanías.
Para llegar a Tigre
En caso de haber alquilado un auto al llegar a la Ciudad de Buenos Aires, puede accederse de manera rápida y directa por autopista.- Uno de los paseos recomendados incluye el traslado en el famoso Tren de la Costa con salidas diarias cada menos de una hora y haciendo conexión desde Retiro.
- También hay minibuses que hacen el viaje mediante reserva anticipada. El entretenimiento está sólo a escasos minutos de las grandes torres y el ruido de la capital. Basta elegir el camino y comenzar a disfrutar.
- Una vez en la ciudad, se puede acercar a la Estación Fluvial y comenzar a palpitar ya el oleaje que lo trasportará a unos días de descanso, deportes náuticos y entretenimientos. Hay varias lanchas o catamaranes preparados especialmente para trasportar a los pasajeros a las distintas islas que conforman el Delta, con salidas durante todo el día.