Bajo el lema de “ciudad sin prisa”, Mar de las Pampas es uno de los tesoros más preciados de la Costa Atlántica, a sólo cuatro horas de Buenos Aires. Destacada por exclusivos spa y un sofisticado circuito gourmet, también es destino para la aventura y los deportes de playa.
Un paraíso de amplias y despobladas playas, entre enormes pinos, acacias y eucaliptus, espera por los visitantes a menos de cuatro horas de la ciudad de Buenos Aires. Se trata de Mar de las Pampas, una ciudad en la que, a diferencia del resto que componen la Costa Atlántica, el turista encontrará el entorno natural necesario para desconectarse de todas las preocupaciones. Recomendado para un merecido break de primavera, para renovar energías en pintorescos complejos de cabañas que se mimetizan con el mágico bosque.
Como estandarte de la tendencia Slow City, en esta pequeña y novata urbe costera es obligatorio bajar la velocidad de los motores y disfrutar así del silencio, apenas alterado por el sonido de los pájaros o el romper de las olas en el mar. Un remanso natural donde es prioridad la protección del medio ambiente. Con sólo por un centenar de familias residentes, ofrece completos alojamientos en estilo rústico y una amplia cartelera gastronómica para degustar platos de mar, recetas de comida internacional y los mejores dulces regionales.
Mar de las Pampas, enclavada sobre la ribera del mar Argentino, se ubica a unos ocho kilómetros de la citadina Villa Gesell. Con un clima templado y de escasas lluvias, ofrece al viajero entretenidas actividades como paseos a caballo o en sulky, salidas en bicicleta, excursiones en 4x4 y serpenteantes senderos para trecking. Las dunas son el sitio elegido de los más aventureros, donde también se puede practicar sandboard. Ya en el mar, diferentes deportes náuticos como windsurf, esquí acuático y wakeboard.
Según cuenta la historia, fue hace más de 50 años cuando tres emprendedores del rubro inmobiliario compraron los principales lotes que hoy componen esta particular urbe. El terreno estaba virgen, cubierto por cordones de médanos y despoblado de toda biodiversidad, por lo que la primera premisa fue la forestación de toda la zona. El trabajo fue arduo, pero finalmente dio sus frutos. Dicen que luego de plantar un millón de árboles entre álamos, sauces y eucaliptus, así como originales olivos de bohemia y pinos mexicanos, el desértico paisaje se convirtió en un encantador bosque, que atrajo a diferentes especies de aves y el sueño de las primeras familias que llegaron para quedarse.
Para encontrar el máximo relax, algunas opciones tienen piscina climatizada, solarium, baño finlandés, ducha escocesa, y originales tratamientos como gemoterapia y chocoterapia. Otros complejos ofrecen shiatzu, un baño turco, tomar una clase de acqua gym o probar el nuevo Circuito de Vinoterapia, que invita a sumergirse en una barrica de roble.
- En las extensas playas no hay carpas o estructurados balnearios, sólo un parador donde encontrar lo necesario para disfrutar de un día soleado, con espectáculos musicales durante el verano.
- De igual forma, es imposible encontrar una casa de comidas rápidas, la mayoría de los restaurantes ofrecen elaborados platos caseros.
- Por decisión de la comunidad tampoco fueron instaladas antenas de telefonía celular dentro de la zona urbana, salvo a 300 metros de los pobladores. Una situación que podrá incomodar el primer día, pero que el viajero sabrá apreciar en lo queda de su merecido descanso.
- La ciudad cuenta con el Primer Parador Turístico de la provincia de Buenos Aires accesible para personas con capacidades limitadas.
- Otra de las opciones son las salidas a caballo para dar rienda suelta a la aventura, sin la necesidad de ser un experto. Algunas de las excursiones llevan hasta el famoso Faro Querandí o hasta las inmediaciones de la laguna Mar Chiquita, en cercanías de Santa Clara del Mar. Los guías son baqueanos del lugar que revelarán leyendas y secretos, con salidas tanto de día como en las noches de luna llena. El faro de 54 metros aún funciona como vigía de los marineros, e invita a subir 276 escalones en caracol para apreciar una imperdible panorámica.
- Además, un variado circuito gastronómico invita a disfrutar platos de mar o río, entre lenguados, tiburones y salmones. Algunos sitios orecen las mejores pastas de estilo calabrés, una verdadera cerveza artesanal y un exquisito hot cake de camarones; o unas imperdibles costillas de cordero flambeadas al ron.
- Para los amantes del pique, la propuesta ideal es un día de pesca embarcada o con línea de flote en la laguna Salada Grande de General Madariaga, donde poder sacar grandes ejemplares de pejerrey, así como tarariras, bagres, dientudos y chanchitas. Allí, está el Club de Pesca y Náutica donde hay dormitorios para alquilar y una amplio sector de camping, con servicios de parrilla y sanitarios.
- En el centro, se pueden comprar artesanías, dulces regionales, ahumados y alfajores.
- Una de las alternativas es el tren, que sale desde Constitución -en Buenos Aires- y llega a la vecina Pinamar desde donde tomar un ómnibus, taxi o transfer (www.ferrobaires.gba.gov.ar).
- En colectivo, lo mejor es ir hasta Villa Gesell.
- Y en avión sólo se accede en temporada estival mediante la empresa Sol. fuente Turnoticias
Un paraíso de amplias y despobladas playas, entre enormes pinos, acacias y eucaliptus, espera por los visitantes a menos de cuatro horas de la ciudad de Buenos Aires. Se trata de Mar de las Pampas, una ciudad en la que, a diferencia del resto que componen la Costa Atlántica, el turista encontrará el entorno natural necesario para desconectarse de todas las preocupaciones. Recomendado para un merecido break de primavera, para renovar energías en pintorescos complejos de cabañas que se mimetizan con el mágico bosque.
Como estandarte de la tendencia Slow City, en esta pequeña y novata urbe costera es obligatorio bajar la velocidad de los motores y disfrutar así del silencio, apenas alterado por el sonido de los pájaros o el romper de las olas en el mar. Un remanso natural donde es prioridad la protección del medio ambiente. Con sólo por un centenar de familias residentes, ofrece completos alojamientos en estilo rústico y una amplia cartelera gastronómica para degustar platos de mar, recetas de comida internacional y los mejores dulces regionales.
Mar de las Pampas, enclavada sobre la ribera del mar Argentino, se ubica a unos ocho kilómetros de la citadina Villa Gesell. Con un clima templado y de escasas lluvias, ofrece al viajero entretenidas actividades como paseos a caballo o en sulky, salidas en bicicleta, excursiones en 4x4 y serpenteantes senderos para trecking. Las dunas son el sitio elegido de los más aventureros, donde también se puede practicar sandboard. Ya en el mar, diferentes deportes náuticos como windsurf, esquí acuático y wakeboard.
Según cuenta la historia, fue hace más de 50 años cuando tres emprendedores del rubro inmobiliario compraron los principales lotes que hoy componen esta particular urbe. El terreno estaba virgen, cubierto por cordones de médanos y despoblado de toda biodiversidad, por lo que la primera premisa fue la forestación de toda la zona. El trabajo fue arduo, pero finalmente dio sus frutos. Dicen que luego de plantar un millón de árboles entre álamos, sauces y eucaliptus, así como originales olivos de bohemia y pinos mexicanos, el desértico paisaje se convirtió en un encantador bosque, que atrajo a diferentes especies de aves y el sueño de las primeras familias que llegaron para quedarse.
Turismo exclusivo
Las escasas edificaciones que componen esta encantadora localidad de la provincia de Buenos Aires, en plena llanura pampeana, respetan un mismo estilo. Minimizando al máximo el impacto para el ambiente, suelen ser bajas y construidas con materiales típicos de la zona. Lejos de los grandes rascacielos, es posible encontrar diferentes complejos de cabañas y bungalows, donde se ofrecen servicios de alta gama y exclusivos spa. Con un original diseño urbano que respeta la particular topografía de médanos y valles boscosos, el destino se posiciona como uno de los grandes tesoros de la Costa Atlántica.Para encontrar el máximo relax, algunas opciones tienen piscina climatizada, solarium, baño finlandés, ducha escocesa, y originales tratamientos como gemoterapia y chocoterapia. Otros complejos ofrecen shiatzu, un baño turco, tomar una clase de acqua gym o probar el nuevo Circuito de Vinoterapia, que invita a sumergirse en una barrica de roble.
Datos a tener en cuenta
- La velocidad máxima de tránsito en auto es de 30 km/h y la mayoría de los carteles invitan al visitante a caminar. Este transitar sin prisa es una de las principales características que hacen único al lugar.- En las extensas playas no hay carpas o estructurados balnearios, sólo un parador donde encontrar lo necesario para disfrutar de un día soleado, con espectáculos musicales durante el verano.
- De igual forma, es imposible encontrar una casa de comidas rápidas, la mayoría de los restaurantes ofrecen elaborados platos caseros.
- Por decisión de la comunidad tampoco fueron instaladas antenas de telefonía celular dentro de la zona urbana, salvo a 300 metros de los pobladores. Una situación que podrá incomodar el primer día, pero que el viajero sabrá apreciar en lo queda de su merecido descanso.
- La ciudad cuenta con el Primer Parador Turístico de la provincia de Buenos Aires accesible para personas con capacidades limitadas.
Paseos imperdibles en Mar de las Pampas
- Una de las mejores formas de conocer el entorno es en bicicleta. Ideal para disfrutar la naturaleza en su estado más puro, por callecitas sin rumbo que a veces obligan a desandar camino.- Otra de las opciones son las salidas a caballo para dar rienda suelta a la aventura, sin la necesidad de ser un experto. Algunas de las excursiones llevan hasta el famoso Faro Querandí o hasta las inmediaciones de la laguna Mar Chiquita, en cercanías de Santa Clara del Mar. Los guías son baqueanos del lugar que revelarán leyendas y secretos, con salidas tanto de día como en las noches de luna llena. El faro de 54 metros aún funciona como vigía de los marineros, e invita a subir 276 escalones en caracol para apreciar una imperdible panorámica.
- Además, un variado circuito gastronómico invita a disfrutar platos de mar o río, entre lenguados, tiburones y salmones. Algunos sitios orecen las mejores pastas de estilo calabrés, una verdadera cerveza artesanal y un exquisito hot cake de camarones; o unas imperdibles costillas de cordero flambeadas al ron.
- Para los amantes del pique, la propuesta ideal es un día de pesca embarcada o con línea de flote en la laguna Salada Grande de General Madariaga, donde poder sacar grandes ejemplares de pejerrey, así como tarariras, bagres, dientudos y chanchitas. Allí, está el Club de Pesca y Náutica donde hay dormitorios para alquilar y una amplio sector de camping, con servicios de parrilla y sanitarios.
- En el centro, se pueden comprar artesanías, dulces regionales, ahumados y alfajores.
Cómo llegar a Mar de las Pampas
- La localidad de Mar de las Pampas se ubica al sur de la ciudad de Villa Gesell, sobre la ruta 11.- Una de las alternativas es el tren, que sale desde Constitución -en Buenos Aires- y llega a la vecina Pinamar desde donde tomar un ómnibus, taxi o transfer (www.ferrobaires.gba.gov.ar).
- En colectivo, lo mejor es ir hasta Villa Gesell.
- Y en avión sólo se accede en temporada estival mediante la empresa Sol. fuente Turnoticias