En Concordia, Entre Ríos, los turistas ya pueden visitar el Castillo de San Carlos, puesto en valor y abierto al público
El castillo fue construido en el año 1888 por un noble francés, el conde Eduardo De Machy, quien llegó a la Argentina acompañado por una bella actriz. Tras instalar una fábrica de conservas, una de hielo (la primera de la Argentina), y un taller de herrería, la pareja, que vivía en el castillo, desapareció, sin que nunca se volviera a saber de ellos.
La familia también francesa Coulón se hizo cargo del castillo hasta que en 1893 deciden regresar a Francia. En 1916 contrabandistas sustrajeron todas las máquinas del lugar. En 1926 una apreciada familia de Concordia fue a vivir allí: los Fuchs Valon, con sus tres hijos, dos mujeres y un varón.
La construcción de ésta casona de campo era de estilo señorial. Las iniciales de su propietario y la fecha de construcción se leen en el portón de acceso al patio posterior. Cuenta con dos plantas y un subsuelo, siendo la parte superior la que ocupara la familia como vivienda y la inferior sobre la derecha estaba destinada a las habitaciones de servicio. Sobre la izquierda está ubicada la biblioteca y la sala de conferencia. El ingreso posterior presenta un puente, y debajo del mismo se hallaban las caballerizas y el taller de herrería artística. En el subsuelo está la caldera, y en el mismo lugar se observa la entrada a los túneles de salida de emergencia hacia la costa del Río Uruguay.
En septiembre de 1938 fué incendiado y se convirtió en lo que es hoy Las Ruinas del Castillo de San Carlos.
El proceso de reconstrucción comenzó a fines de los ‘90, cuando se realizó una consulta popular para conocer el destino que los vecinos de la ciudad le querían dar al Castillo. Las alternativas eran dos: restauración o puesta en valor de sus ruinas. Votaron más de 6.000 personas y la mayoría, por amplio margen, se inclinó por la segunda opción.
En el 2011, por decisión del gobernador Sergio Urribarri, la obra comenzó a realizarse a través de CAFESG, con participación del Colegio de Arquitectos en el proceso de llamado a concurso de proyectos, y acompañamiento del municipio local.
En el concurso original de proyectos se cotejaron propuestas y trabajos de diferentes estudios de arquitectura del país. Finalmente resultó ganadora la iniciativa de un grupo de arquitectos concordienses. Esa propuesta se plasmó en un proyecto ejecutivo de obra que hoy está prácticamente terminado y que ha transformado al Castillo San Carlos en un Centro de Representación Histórica con un criterio de atracción turística.
El castillo fue construido en el año 1888 por un noble francés, el conde Eduardo De Machy, quien llegó a la Argentina acompañado por una bella actriz. Tras instalar una fábrica de conservas, una de hielo (la primera de la Argentina), y un taller de herrería, la pareja, que vivía en el castillo, desapareció, sin que nunca se volviera a saber de ellos.
La familia también francesa Coulón se hizo cargo del castillo hasta que en 1893 deciden regresar a Francia. En 1916 contrabandistas sustrajeron todas las máquinas del lugar. En 1926 una apreciada familia de Concordia fue a vivir allí: los Fuchs Valon, con sus tres hijos, dos mujeres y un varón.
La construcción de ésta casona de campo era de estilo señorial. Las iniciales de su propietario y la fecha de construcción se leen en el portón de acceso al patio posterior. Cuenta con dos plantas y un subsuelo, siendo la parte superior la que ocupara la familia como vivienda y la inferior sobre la derecha estaba destinada a las habitaciones de servicio. Sobre la izquierda está ubicada la biblioteca y la sala de conferencia. El ingreso posterior presenta un puente, y debajo del mismo se hallaban las caballerizas y el taller de herrería artística. En el subsuelo está la caldera, y en el mismo lugar se observa la entrada a los túneles de salida de emergencia hacia la costa del Río Uruguay.
En septiembre de 1938 fué incendiado y se convirtió en lo que es hoy Las Ruinas del Castillo de San Carlos.
El proceso de reconstrucción comenzó a fines de los ‘90, cuando se realizó una consulta popular para conocer el destino que los vecinos de la ciudad le querían dar al Castillo. Las alternativas eran dos: restauración o puesta en valor de sus ruinas. Votaron más de 6.000 personas y la mayoría, por amplio margen, se inclinó por la segunda opción.
En el 2011, por decisión del gobernador Sergio Urribarri, la obra comenzó a realizarse a través de CAFESG, con participación del Colegio de Arquitectos en el proceso de llamado a concurso de proyectos, y acompañamiento del municipio local.
En el concurso original de proyectos se cotejaron propuestas y trabajos de diferentes estudios de arquitectura del país. Finalmente resultó ganadora la iniciativa de un grupo de arquitectos concordienses. Esa propuesta se plasmó en un proyecto ejecutivo de obra que hoy está prácticamente terminado y que ha transformado al Castillo San Carlos en un Centro de Representación Histórica con un criterio de atracción turística.