Hoy convertida en Museo Nacional, la Estancia Jesuítica de Alta Gracia y Casa del Virrey Liniers, uno de sus últimos moradores, constituye uno de los edificios jesuíticos más notables de la provincia de Córdoba. Un conjunto barroco colonial de movidas formas que le dan gracia y belleza arquitectónica, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2.000.
En sus construcciones que la componen se encuentra la Iglesia, sin torre ni campanario, y donde se destaca su original espadaña en uno de los flancos y también el Altar Mayor y el pulpito de talla rococó. Su construcción data de mediados del siglo XVIII, cuenta con una sola nave y se distingue por la curvatura de los muros que bajan desde la cúpula.
El Museo de la Estancia Jesuítica de Alta cuenta con 17 salas en las que se exponen valiosos elementos que evocan la vida cotidiana y las formas de trabajo en la antigua estancia.
En la planta alta del museo se encuentran la mayoría de las salas de exposición, el Salón Auditorio y la Biblioteca, y en la planta baja que era en la época jesuítica almacén y deposito, hoy funcionan la Dirección del Museo, la Recepción, el Área Administrativa y la Tienda del Museo. También se encuentran salas de exposición temporaria y permanente.
foto Adam Jones