Una de las mejores formas de disfrutar del enoturismo o turismo del vino en Mendoza es mediante el Bus Vitivinícola, que recorre bodegas y viñedos que hacen famosa a esta provincia, donde además se hacen visitas guiadas, charlas y degustaciones.
El programa cuenta con desayuno a bordo, deja tiempo para almorzar en alguno de los establecimientos que se visitan y culmina a media tarde en la capital mendocina.
Durante la jornada, el turista puede subir y bajar en varias paradas mediante el conocido sistema "hop on-hop off", en un máximo de nueve horas, para hacer degustaciones, almorzar, participar en programas de cosecha o poda, cabalgar o simplemente comprar vinos, a veces exclusivos.
Según Claudia Yanzón, directora del servicio, “Se trata de un producto innovador que propone un esquema de recorrido continuo por ciertas bodegas en diferentes horarios fijos de pasadas, en los que el turista puede elegir dónde bajar y conocer sobre la cultura del vino a través de la diferentes propuestas enológicas”.
Desde hace un año, el Bus Vitivinícola realiza dos recorridos, uno de los cuales es "Camino del Vino Luján Sur", con salidas todos los miércoles y viernes hacia las bodegas Chandon, Dolium, Tapiz, Dominio del Plata, Séptima, Otaviano y Terrazas de Los Andes.
El otro es "Camino del Vino El Sol", con salidas jueves y sábados hacia Dante Robino, Casarena, Vistalba, Clos de Chacras, Tierras Altas, y Filósofos.
Así el visitante puede conocer en su recorrido desde el método de cultivo de cada varietal, el paso por las barricas, cuestiones técnicas, la fermentación, taninos o el origen del champagne hace más de 265 años.
A la hora de la degustación, los sentidos del olfato, el sabor y la visión se agudizan para captar todos los complementos del buen vino mendocino, guiados por expertos que les harán descubrir los aromas más ocultos de las cepas.
El bus es un servicio que Mendoza necesitaba y a un muy buen costo se pueden recorrer hasta cuatro bodegas por día por unos 65 dólares con entradas y almuerzo incluido, cuando un tour privado, de igual calidad, cuesta entre 100 y 200 dólares.
El ticket que permite recorrer las bodegas y elegir en cuál quedarse, para luego seguir recorriendo hasta la tarde, cuesta 190 pesos, en tanto en las bodegas se paga una entrada de entre 40 y 90 pesos.
El programa cuenta con desayuno a bordo, deja tiempo para almorzar en alguno de los establecimientos que se visitan y culmina a media tarde en la capital mendocina.
Durante la jornada, el turista puede subir y bajar en varias paradas mediante el conocido sistema "hop on-hop off", en un máximo de nueve horas, para hacer degustaciones, almorzar, participar en programas de cosecha o poda, cabalgar o simplemente comprar vinos, a veces exclusivos.
Según Claudia Yanzón, directora del servicio, “Se trata de un producto innovador que propone un esquema de recorrido continuo por ciertas bodegas en diferentes horarios fijos de pasadas, en los que el turista puede elegir dónde bajar y conocer sobre la cultura del vino a través de la diferentes propuestas enológicas”.
Desde hace un año, el Bus Vitivinícola realiza dos recorridos, uno de los cuales es "Camino del Vino Luján Sur", con salidas todos los miércoles y viernes hacia las bodegas Chandon, Dolium, Tapiz, Dominio del Plata, Séptima, Otaviano y Terrazas de Los Andes.
El otro es "Camino del Vino El Sol", con salidas jueves y sábados hacia Dante Robino, Casarena, Vistalba, Clos de Chacras, Tierras Altas, y Filósofos.
Así el visitante puede conocer en su recorrido desde el método de cultivo de cada varietal, el paso por las barricas, cuestiones técnicas, la fermentación, taninos o el origen del champagne hace más de 265 años.
A la hora de la degustación, los sentidos del olfato, el sabor y la visión se agudizan para captar todos los complementos del buen vino mendocino, guiados por expertos que les harán descubrir los aromas más ocultos de las cepas.
El bus es un servicio que Mendoza necesitaba y a un muy buen costo se pueden recorrer hasta cuatro bodegas por día por unos 65 dólares con entradas y almuerzo incluido, cuando un tour privado, de igual calidad, cuesta entre 100 y 200 dólares.
El ticket que permite recorrer las bodegas y elegir en cuál quedarse, para luego seguir recorriendo hasta la tarde, cuesta 190 pesos, en tanto en las bodegas se paga una entrada de entre 40 y 90 pesos.