
Ubicada en San Patricio del Chañar, a unos 60 Km. de la capital neuquina, la Bodega del Fin del Mundo es la primera creada en la provincia de Neuquén, donde las condiciones agro-ecológicas son ideales para el cultivo de uvas finas para la producción de vinos. Cuenta con 800 hectáreas de viñedos propios y elabora vinos premiun de alta calidad enológica que se caracterizan por haber sido galardonados con los más importantes premios en la Argentina y en el exterior. La bodega consta de cuatro módulos, con capacidad para 8 millones de litros. Equipada con 200 tanques de acero inoxidable con control de temperatura para la fermentación, 2.200 barricas de roble francés y americano, 10 toneles de roble con control de temperatura, 100 piletas de hormigón para la conservación, además de toda la maquinaria necesaria de avanzada tecnología. Aquellos viajeros que gustan hacer enoturismo, en la Bodega del Fin del Mundo realizan visitas guiadas donde muestran todo relacionado con el vino, su proceso, etc, y al final del recorrido se puede hacer una degustación de vinos, además de poder comprar alguno o varios de los vinos que nos gusto.