¿Cómo se vive la Semana Santa en Jujuy?. Al tratarse de un pueblo muy arraigado a sus costumbres y tradiciones, entre ellas un fuerte sentimiento religioso, durante estas fechas religiosas en los pueblos de Jujuy se realizan varias actividades litúrgicas de acuerdo a sus costumbres.
En Tumbaya por ejemplo, los días miércoles, jueves y viernes de la víspera del Domingo de Ramos, parten caravanas de promesantes y peregrinos rumbo al santuario de Punta Corral, situado a 4.000 metros de altura a 22 kilómetros de Tumbaya. Todos los años en Semana Santa más de 12.000 personas realizan esta procesión junto a más de 40 bandas de sikuris hasta llegar por una angosta senda de montaña.
La fe de los peregrinos se manifiesta a través del gigantesco sacrificio que es llegar a la Capilla de Punta Corral atravesando esta agreste y escarpada geografía. Ese domingo los fieles bajan desde el Santuario de la Virgen de Copacabana llevando en andas a la imagen de la Virgen. Más de 20.000 personas se congregan para recorrer los 24 kilómetros que separan el Santuario del pueblo de Tumbaya.
La procesión es un espectáculo más allá del sentido religioso que encierra. Una banda de 1.500 sikuris desciende por las laderas acompañando a la gente. La música se escucha a muchos kilómetros en medio de los imponentes cerros quebradeños, generando un espectáculo conmovedor y de profunda fe. El momento culminante es el atardecer del Domingo de Ramos cuando la imagen llega a la iglesia de Tumbaya.
En la noche del Viernes Santo las ermitas iluminadas acompañan el paso de la procesión del Cristo Yacente por las principales calles de la ciudad. En 14 esquinas las ermitas quedan expuestas durante tres días y se las guarda cuando termina la procesión del Domingo de Pascua. También en Huacalera se puede participar de las viejas costumbres y tradiciones jujeñas. La procesión del Viernes Santo por las calles de la villa es acompañada de antorchas y ermitas con flores que representan imágenes bíblicas.
En la pequeña localidad de Yavi, en su iglesia con su famoso altar de oro, se transforma en el centro de la celebración. En su interior se presenta el Monte Calvario con un Cristo de brazos articulados, que luego de la celebración de la Pasión, es desclavado y colocado en un sepulcro, iniciándose una de las tantas procesiones que se realizan hasta el alba del día siguiente.